domingo, 25 de enero de 2009

MULTAS

publicado en el fallecido pasquin de reparto en verdulerías: "Diez Minutos" año 2006

Vamos a cobrar multas, por estacionar mal, y también por hablar y escribir mal... y por ir por la vida a mucha velocidad, y por que no se detienen a pensar. Cobraremos en monedas de oro multas a todos los que se estanquen en lugares no acordados para aterrizajes de cualquier tipo, y a todos los que digan simplezas, y a los que no se detienen a maravillarse por como florecen las rosas de la señorita Irene ni a ver si respira el viejito que pisaron con el auto. Así y solo así, cobrando fuertes multas, lograremos que nadie esté fuera de lugar y cometa irreparables líos de tránsito y de los otros. Evitaremos así que cuando algunos hablen y escriban no se les entienda nada y nos libraremos de tener que estar siempre siguiendo a otros desobedientes desde atrás como si fuéramos vigilantes nocturnos.
Así que ¡cuidadito!... Le cobraremos multas sustanciosas si usted tiene que estar parado sobre el lado sur de la calle, de la ciudad o el mundo y está entre el este y el oeste, o al norte. Se le cobrará si su necesidad es estar estacionado a la izquierda y está sentado sobre la falda de algunos, no tenga dudas que se le cobrará miles de monedas por semejante detrimento. Igual le cobraremos sin piedad si se detiene con su tractor sobre los canteros floridos de la plaza principal del pueblo. Con más razón se le cobrará fuerte si estaciona frente a las coloridas vidrieras del único cabaret decente del centro. Además le cobraremos sin perdón multas abultadas si escribe consignas políticas contra el mandamás de turno en las paredes lustrosas del palacete de gobierno... y mucho más se le cobrará si a esto le sumamos sus errores de ortografía. ...Sin errores puede escribir nomás, pegarle a los muñecotes no cuesta tanto-... pero igual de fuerte le cobraremos, y sin perdón posible, si anda mandando molestos, irónicos y punzantes mensajes de texto por el celular a esas radios medio botonas y a esos periódicos desavenidos, a los que no solo no les daremos publicidad oficial jamás sino que los multaremos a su vez, por mala dicción y escritura, y por propagar amarga música o imprimir viñetas humorísticas tan... chistosas.
Por último le digo, y no se alborote, que le cobraremos sin miramientos enormes multas si es excesiva la celeridad que emplea en romper esta crónica e insultarnos por ella arrebatadamente.

jueves, 8 de enero de 2009

¿Unos Matecitos?

Para muchos de nosotros es todo un ritual. Como un intrincado proceso que todos los días, al levantarnos, de forma celosa y sistemática nos obligamos a cumplir ya que si no es así, estamos seguros de no andar bien durante el resto de la jornada. Y todos tenemos para esta liturgia nuestros íntimos movimientos. Algunos hacen prevalecer en este proceso el tema del silencio y la luz en su justa medida, otros no le dan tanto valor a eso y acompañan el rito con las noticias de la mañana, ya sea por radio, el diario o la televisión. Unos damos valor, principalmente a la calidad de los artefactos requeridos para tan personal liturgia, y hay quienes son bastantes exigentes con la eficacia del componente tenido como más importante. Cierta gente acostumbra a darle mucha importancia a la temperatura de otro de los principales elementos de la ceremonia, otros no somos tan extremistas y, tal vez porque hacemos otras cosas al mismo tiempo, permitimos que la temperatura descienda sin afectarnos demasiado. Unos prefieren cumplir el ritual de todos los días solos, y no hay forma de que acepten algún intruso, aunque este sea de su propia familia. Otros somos más flexibles en cuanto a eso y permitimos la incorporación, no siempre, eso sí, de algún familiar o amigo. Algunos trasladan esta costumbre a otras horas además de la mañana. Suelen hacer lo mismo a media tarde, si es posible. Muchos hacen de este buen hábito un pretexto para reunirse a charlar las cosas de todos los días. Hay gente conocida por su costumbre de llevar a cabo este acto, en días de sol, en las plazas del barrio o del centro. No obstante todo esto, hay muchos que hacen a menos esta práctica por considerarla signo de barbarie e incultura. Pssssss... ¿Importa lo que digan?... igualmente a ninguno de nosotros, amantes de esta tradición tan nuestra, tan gaucha, tan argentina, nos pueden negar lo bueno de unos mates tan saludables.